jueves, 28 de marzo de 2024

Miércoles Santo en Córdoiba


Llamadores





Bordado



Labrado



Francisco Javier Gómez Izquierdo


             Es cosa casi segura, pues seguro no hay nada si no es la muerte, que cada geografía tiene sus sensibilidades y lo que siente Andalucía por Semana Santa no puede explicarse con palabras humanas porque el visitante ante el cortejo que acompaña los pasos que quiera hacerlo, quizás no sepa de lo que está hablando. Al visitante noruego, alemán o japonés que ayer le recomendaron la salida de "la Bofetá" en la Judería o de la Paz en Capuchinos no puede entender las lágrimas del niño, del adolescente, del señor barbado, de las hermosas mozas... en un desconsuelo indescriptible por no cumplir penitencia. No. No lloran por fervoroso fanatismo. Lloran porque no pueden cumplir con quien quieren serenamente. Una especie de ángel bueno del que nunca renegarán, aunque llegue el desánimo o incluso se vean en prisiones. Un ángel que acompaña y bienaconseja porque lo han abrazado como si fuera su conciencia y con el que celebran una especie de boda anual renovadora de propósitos y para la que se visten como Dios manda. Otra cosa es que siempre se le haga caso.  "Mi Virgen", "mi Cristo" tienen apellido: Amargura, Consuelo, Angustias, la Paz, Rescatao, del Calvario, de Ánimas, de Gracia... y no hay cartera en la que falte una imagen de ése "Señor", "Señora", o de los dos a la vez.


         El Miércoles Santo no dio tregua y tanto el Perdón como la Paz y la Piedad a las cinco, como luego el Calvario y la Misericordia anunciaron que no salían. La Pasión en San Basilio, la mas tardía, tampoco, por lo que a las puertas de las iglesias se fueron formando colas para santiguarse con devoción ante las imágenes de las Hermandades.


         Según mi chico, que es más entendido que servidor, hoy es el día grande de Semana Santa en Córdoba: las Angustias de Juan de Mesa, el Caído de los toreros, la Caridad con los legionarios, el Nazareno en su calleja, y sobre todo el Cristo de Gracia, ese Esparraguero melenudo y trinitario que tiene sede en el Colegio en el que le enseñaron algunas de las cosas que sabe. Hoy jueves sigue lloviendo como gusta a los labradores y a todas las personas de buena voluntad. Servidor duda mucho que vaya a escampar por como se ven los cielos, pero mi chico se ha venido de Sevilla "por si... si no sale, nos pasamos a la iglesia a verle. Y ya pues vamos también a San Cayetano y San Agustín a ver al Caído y las Angustias".

Del "Discurso de Cristo muerto"




 
Ignacio Ruiz Quintano


Con apenas veinte años, Kafka dejó escrito que, si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? “Dios mío, también seríamos felices si no tuviéramos libros, y podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos hagan felices. Pero lo que debemos tener son esos libros que se precipitan sobre nosotros como la mala suerte y que nos perturban profundamente, como la muerte de alguien a quien amamos más que a nosotros mismos, como el suicidio.”


–Un libro debe ser como un pico de hielo que rompa el mar congelado que tenemos dentro.


Precisamente como la mala suerte, y para perturbarnos profundamente, se ha precipitado sobre nosotros La Pasión de Mel Gibson: terrible, desgarradora, espeluznante. La idea de Gibson es que la gente cambie –el puño que golpea en el cráneo, el pico de hielo que rompe el mar congelado– al verla. La prueba de que va en serio es que en Méjico, con su tradición de beaterios progres, la han clasificado “equis”, pero ya decía Julio Torri que hay muchas suertes de mejicanismo: el de pulque y enchiladas; el de jícara y zarape; el de turistas; el de semitas recientemente nacionalizados; el que por auténtico no descubren los extranjeros ni emplea el énfasis de las falsificaciones...


La Pasión de Gibson es un anonadamiento documental en torno de la hora final de Cristo: ni una palabra de más, aunque alguna palabra de menos –en los subtítulos– a modo de cumplido con los comisarios de la corrección política, que seca. Foxá abría El Teatro Teológico de González Ruiz y quedaba pasmado al repasar los personajes que interesaban a los españoles del Siglo de Oro: La CulpaLa LocuraEl EngañoEl DeleiteLuzbelEl MundoEl Género HumanoEl AlmaLa CarneLa GulaLa MuerteLa InspiraciónLa VidaEl AguaEl FuegoEl AlbedríoEl AmorLa Sombra... “Un pueblo así formado podía descubrir y conquistar América, perfeccionar el gótico y escribir el Quijote.” Y, más o menos, pensaba, así era toda la Europa de entonces, florecida de espíritu, antes de la gran helada del luteranismo.


Steiner repite siempre que se necesita una creencia trascendental para producir un gran arte: “Siempre querré saber cuál es la nueva metáfora de la esperanza, la nueva estética de la esperanza.” Pero a la crítica de progreso, para la cual, gracias a los planes de estudios, la figura de Cristo empieza a quedar algo lejos y como un asunto de extrema derecha, no le ha temblado el pulso para dictar el anatema contra Gibson, cuya película, sin embargo, es un escalofrío semejante al del célebre Sueño de Jean-Paul Ritcher, que es el sueño de la muerte de Dios: Discurso de Cristo muerto en lo alto del edificio del mundo: no hay Dios.


En la visión de Jean-Paul el lugar del anuncio es la iglesia de un cementerio inmenso. Los sepulcros se resquebrajan y los muertos avanzan hacia la resurrección. Aparece en el cielo un Cristo muerto. La multitud de las sombras corre a su encuentro con una angustia terrible: “¿No hay Dios?” Cristo desciende y dice: “He recorrido los mundos, subí hasta los soles y no encontré a Dios alguno; bajé hasta los últimos límites del universo, miré los abismos y grité: ‘Padre, ¿dónde estás?’ Pero no escuché sino la lluvia que caía en el precipicio. Y cuando busqué en el mundo inmenso el ojo de Dios, se fijó en mí una órbita vacía y sin fondo.” Entonces los niños muertos se acercan y le preguntan: “Jesús, ¿ya no tenemos Padre?” Y Él responde:


–Todos somos huérfanos. Vosotros y yo. ¡Todos estamos sin Padre!

Marzo, 2004 

Jueves Santo




Ignacio Ruiz Quintano
Abc


Jueves Santo en Sevilla, que es España: “Dios en la ciudad”, en imagen de Romero Murube, que es Sevilla.


Si privamos a Europa de la hispanofobia y el anticatolicismo, su historia moderna se torna un sinsentido –concluye María Elvira Roca su “Imperofobia y Leyenda Negra”.

Unamuno, gran pegador de voces, y temeroso del racionalismo (la savia del catolicismo), cree ningunear al catolicismo reduciéndolo a “compromiso entre el Evangelio y el Derecho romano”. Toda perfección, le contesta Pemán, logra medio vivir gracias a la imperfección de un código.

Bergamín viaja a Sevilla en la Semana Santa del 62 (“¡Qué única y prodigiosa ciudad que siempre preferí a todo en el mundo! Únicamente creí hace unos años que prefería Venecia. Ahora en estos días he podido comprobar que ‘ni Venecia’, que prefiero Sevilla a todo”). Llega pocos días después de haberse matado Juan Belmonte (“Suicidio moral, estoico, y, para mí, admirable, el suyo”), y pone una carta a María Zambrano:

Las procesiones… extraordinarias. Vi algunas que no conocía: la de la Santa mortaja (alucinante) y volví a ver el paso del Patrocinio (la Virgen más bonita) y el “Cachorro” por el puente de Triana.

¿Es el catolicismo popular sólo una mundanería aplazada?

Es la pregunta que se hace Santayana, que se da cuenta de que el humanismo está tan hasta lo hondo mezclado con la religión en la mente católica que es precisamente en las épocas más católicas cuando más florece aquél.

Allí donde no hay dioses, reinan los fantasmas.

(“¡Qué tufo a fantasma!”, se rezonga en “Cruz y Raya”)

La suprema manifestación cultural, la religión (la otra es el arte), despáchanla hoy los fantasmas escribiendo “dios” con minúscula: son como el borracho del cuento que veía dos toros que lo perseguían y dos rejas a qué subirse, toros y rejas que eran unos de verdad y otros no, y huyendo de los toros, se subió a la reja que no era y le cogió el toro que sí era.

Y España que había dejado de ser católica.


Abril, 2017

miércoles, 27 de marzo de 2024

Lunes y Martes Santos en Córdoba


La Merced


 Banda de Martos (Jaén) que no tocó


La Reina de los Ángeles (Hdad. de la Sangre)
 con impermeable


La banda de "El Caído" de Málaga
 tras la loba de Roma     

         

Francisco Javier Gómez Izquierdo


            Llovió el lunes y el martes santo. Las hermandades consultaban en todas las páginas del tiempo por si alguna era benévola. Los modernos estrelleros son capaces de adivinar los minutos y segundos que van a durar los chaparrones y el intervalo entre chubascos, y así el lunes, el Vía Crucis y la Sentencia por su cercanía a la Catedral decidieron salir. Entre los costaleros y hermanos que no procesionaron corría cierta maldad que achacaba el atrevimiento de la Sentencia a tener contratada la Centuria Romana de la Macarena y "...a los macarenos hay que oírlos". La austeridad del Viacrucis, Cristo en la Cruz llevado por los hermanos, no suponía demasiado riesgo por la facilidad de refugiarse sin maniobras dificultosas. Ayer martes, con excesivo atrevimiento, cree servidor, salió la Sangre pero se tuvo que quedar en la Mezquita-Catedral por cómo comenzó a arreciar sobre las siete. Tras Jesús, Barrabás y Pilatos la banda del Caído de Málaga tocaba La Milagrosa bajando por San Fernando y pensé si no pasaba a la Hermandad del Císter como a la de San Nicolás el lunes. La Agonía, también echada p'alante, que salió de la misma catedral con intención de dirigirse a su lejano barrio del Naranjo no había llegado a la Cruz del Rastro para coger la Ribera, cuando las nubes soltaron lo que anunciaban y fue cosa de ver el paso legionario de su dolorosa hasta la Mezquita de nuevo. La vuelta al Naranjo tendrá que esperar.


      La Merced, mi patrona como saben, la Virgen a la que todo Córdoba piropea, se quedó en el Zumbacón; el impresionante Cristo de Ánimas en San Lorenzo, y la Estrella, a la que tanta multitud sigue, en la Huerta de la Reina. Fueron éstas las cofradías del lunes que se consuelan con "el año que viene". Las del martes, la Universitaria con su Cristo Sindónico, el Prendimiento salesiano, el Buen Suceso en San Andrés y la Santa Faz en la Trinidad fueron derramando lágrimas de penitentes, músicos, cofrades..., sobre ese camino que empieza en la Calle María Auxiliadora, sigue en Santa María de Gracia, Realejo y San Pablo hasta el Ayuntamiento que tanto huele a incienso y a fervor semanasantero.

Guapos



  
Ignacio Ruiz Quintano
 
Abc
 

     El aguafuerte de asesinos de Durango es el telón de clausura a la Santa Transición.

  
Asesinos de hombres, mujeres y niños.


    –Me llamo William Munny. He matado hombres. He matado mujeres y niños. He matado todo lo que se moviera. Y hoy he venido a matarte.

  
Obra cumbre del tenebrismo español, al aguafuerte de asesinos de Durango le faltó un toque Ribera con el palo del churrero de Pantoja y las tenazas del torturador de las niñas de Alcácer que completara el cuadro de la Marca España.


    –Los nuestros en la calle y los vuestros en el hoyo.

  
¿Debió evitarse el espectáculo?


    –Cuando el juez no prohíbe el acto en cuestión, ello no significa que el juez “permita la reunión” –escribe (mal) el juez Pedraz, ya no sabe uno si en auto o en tuiter, pues sus autos parecen tuis, y sus tuis, autos, que así redacta los sofismas la Generación Mejor Preparada de la Historia.


    Y recuerda que el derecho de reunión no requiere “autorización previa”, pues “eso sólo acontece en regímenes dictatoriales”, aunque Pedraz ejerce en un tribunal de excepción, la Audiencia Nacional, que es a la democracia lo que Paz Padilla a la bisnieta de Hemingway.

  
En realidad, Pedraz es un juez de los guapos, como Marlasca, con lo que eso supone.

  
Lo más justo es lo más bello –dejó sentado el oráculo de Delfos, que hoy sería Torres Dulce en la mecedora de Mose.

  
Marlasca y Pedraz, los más bellos, son los más justos, el uno corriendo a soltar a los monstruos y el otro custodiando sus derechos de reunión para salvar a la  Constitución, que entre la carta de Mas a los corintios y la proclama de Kubati a los duranguenses es el “Juanito” (de Parravicini), la cartilla que definía al buey como animal útil al hombre por su fuerza y por su leche.

  
Dicen las víctimas que el aguafuerte de Durango es “la mayor vergüenza de la democracia”. Pero, socialmente, en esta España del triunfo (Marlasca, Pedraz, Torres Dulce), una víctima sólo representa el desprestigio del perdedor

 

Enero, 2014

Semana Santa


Padre Isla


Ignacio Ruiz Quintano
Abc


España tiene su Margaret Mead en Rocío Ruiz, cuya Samoa es la Semana Santa de Andalucía, donde, con eso, ha llegado a hermana mayor de la cofradía de la Igualdad en el gobierno de los Juanmas.

En las procesiones, Ruiz ve “desfiles de vanidad y rancio populismo cultural”, entretenimiento de plebeyos que “se destrozan la columna por cargar enormes trozos de madera”.


Me quedo con la fiesta pagana que atrae el turismo y llena las tabernas.

Para Santayana, en la tradición cristiana un misterio metafísico ocupa el lugar de una figura poética, expresando el primero, mediante un pequeño drama milagroso, la emoción que expresaba la última con una frase aventurada.

La Eucaristía es a la Última Cena lo que un centauro es a un jinete o una tragedia a un canto.

Pero, en su visión de la Semana Santa, Ruiz, seguramente la intelectual más solvente de la gran familia liberal de Ciudadanos, está menos cerca de Santayana que del Padre Isla, pues su ensayo parece redactado en el estilo pegadizo de una carta de despecho a un novio.

En el segundo capítulo de su “Fray Gerundio de Campazas”, Isla refiere el flechazo entre el padre de GerundioAntón Zotes (A. Zotes, azotes) y su madre Catanla: Antón se cosca de la predilección de las paisanas por los penitentes y se apunta a salir en la procesión del Jueves Santo. Para exagerar el espectáculo de un sufrimiento que llame la atención de Catanla, A. Zotes encorva el cuerpo para exprimir la sangre. El mayordomo, al verlo desangrar, le saca de la procesión y lo envía a casa a curarse, y Catanla se va con él.


Lo que pasó entre los dos no se sabe… Al fin y postre se casaron, y la buena de la Catanla no parió (“un niño como unas flores”) hasta el tiempo legal y competente.

Y es que, como dijo Bonafoux, en España “tampoco hay anticlericales”. Pensaba en Colombine, una Ruiz que fue a París en Semana Santa, se metió de rondón en la iglesia de la Sorbona y escribió: “Sentimos por anticipado el soplo de la Resurrección”.


Abril, 2019 

martes, 26 de marzo de 2024

"Baños de sangre"



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


La patocracia occidental (invento soviético, al fin y al cabo), que ante el fracaso relativo de la pandemia ha decidido poner al mundo al borde de la guerra nuclear (¡su solución final!), desata una campaña de propaganda antitrumpiana que haría llorar de risa a Willi Münzenberg.


Trump amenaza con un “bloodbath” si pierde la elección –canta, como coro de ranas, el orfeón mediático de los patócratas, manipulando la metáfora de un desastre económico en el sector automovilístico.


Y Trump, que siempre fue un gran detector de tontos, se convierte así en un gran detector de hijos de la gran Pé, nuestra elite.


De pronto el súbdito occidental se las echa de civilizado impostando horror a la sangre, un horror que Ruano, que lo padecía, tenía por típicamente varonil (“ese horror, por razones normales, no lo tiene la mujer”), y a lo mejor ése es el motivo de que las “democracias liberales” se inclinen del todo por la guerra nuclear, que tiene el “chic” de la modernidad. Morir asados por una de esas tríadas rusas que suenan a lluvia de perseidas debe de formar parte de las “luxury beliefs” (“creencias que imponen costes a las clases bajas permitiendo a las clases altas presentarse como sofisticadas y éticamente superiores”) acuñadas por el Rob Henderson de Troubled: A Memoir of Foster Care, Family, and Social Class (“su notable resiliencia es un tributo al ejército estadounidense, dice de él el Post), para quien la clave de los problemas actuales de las sociedades occidentales está en la evolución que han sufrido las élites.


La forma moderna de ganarse la admiración social o, al menos, de no perder el trabajo, la posición o la reputación, es compartir creencias de lujo.


De la importancia de Henderson nos deja un detalle su amigo David Román: “Su idea de ‘ideologías de lujo’ tiene página en Wikipedia, pero él no.”


¡Baños de sangre! Qué ordinariez, suspira el votante de la “democracia liberal”, engorilado porque ha visto “Oppenheimer”. Y se suma a la indignación antitrumpiana, no importa que Trump hablara de coches. En la Revolución, un fino abogado, Barnave (“el más indicado por su talento para ser un orador a la manera de los ingleses”), se perdió, dice Madame de Staël,  para el partido de los aristócratas por culpa de unas palabras imprudentes: los linchamientos por la “canaille” del ministro Foulon y de su yerno, el intendente Bertier, horrorizaron a Babeuf y al mismísimo Ángel de la Muerte, Saint-Just, y entonces Barnave soltó su infame grito: “Después de todo ¿tan pura era su sangre?”


Su destino quedó marcado por aquella expresión condenable –leemos en sus “Consideraciones”–. Todos los periódicos y discursos de “derechas” la sacaron en portada, y su orgullo se sintió tan irritado  que se le hizo imposible pedir perdón sin sentirse humillado.


Para parar el “bloodbath” de Trump, Macron ya monta a “Marengo”; Scholz ensaya la “Blitzkrieg”; y nuestra Monja Alférez nos dice que todos a la guerra.


[Martes, 19 de Marzo]

Martes, 26 de Marzo

 


Valle de Esteban

Brotes verdes

lunes, 25 de marzo de 2024

Domingo de Ramos en Córdoba





Las Penas de Santiago
 y la Vera Cruz en la calle






El Gitano en San Andrés y el Rescatao
 con la Amargura en el Alpargate


Francisco Javier Gómez Izquierdo


          La plaza del Alpargate, reventona de personal, esperaba expectante la salida del Rescatao y la Virgen de la Amargura. "Igual no llueve " decía un tambor de la banda al que en ese mismo momento un cofrade le confirmaba la decisión de no salir. De los Montes de Toledo han venido Paco, María y Mari Carmen a ver a su Cristo al que visitan de anochecida cuando la Hermandad ha abierto el portón del patio de donde sale, pero mientras, hemos ido a buscar las Penas de Santiago porque dicen -entre la multitud hay cientos que consultan en los móviles páginas exclusivas de Semana Santa- que se han atrevido. De camino por la Magdalena oímos que la Esperanza tampoco sale y al pasar por San Francisco nos encontramos una muchedumbre esperando al Huerto. Desiste ésta también ante la amenaza de un cielo con una calima como pestífera. Tras esquivar tapones guiamos los pies por entre callejas y bajamos a la Cruz del Rastro a esperar a las Penas. "Ha salido el Amor y también la Vera Cruz", comentan móvil en ristre unas muchachas muy guapas y muy bien vestidas. Cruzamos el puente de Miraflores y nos adentramos en ese pequeño dédalo que muchos cordobeses desconocen en el que en muy pocos metros han puesto calle a Jesús, al Santo Cristo y a los Gitanos, porque una muralla humana impide el paso entre el puente romano y la entrada al Campo de la Verdad. Vemos la Vera Cruz, conocido su Cristo como el Señor de los Reyes a la salida en la Plaza de Santa Teresa. Son más de las siete y no llueve, pero de repente "el aire del oeste arrastra al aire del sur, la calima se espanta y comienza a llover" conforme explica el gran Paco. Las Penas a paso ligero llega a su templo, pero la Vera Cruz y el Amor han de quedarse refugiadas en la mezquita. Volvemos por San Andrés a ver al Gitano y la Esperanza y acabamos en los Padres de Gracia junto al Rescatao, "el Cristo que es otra cosa", como dice Paco, nacido en tierra de Cristos.

       Hoy, lunes santo, llueve con mucha paciencia y parece que sin ánimo de descansar.

Domingo de Ramos. Dos Cuadri de ovación en el arrastre y una profecía incumplida (la de la mancha blanca). Márquez & Moore

 

 

Ferrera con su capote azul Purísima de Murillo


JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ

 

A Mariano, que ya no volverá a la Andanada, in memoriam

El año pasado se metieron de recuelo los de Cuadri en la corrida del Domingo de Ramos, por vía de sustitución, y hoy se han venido desde Trigueros a los madriles, con todos los predicamentos, seis galanes con la hache acostada marcada a fuego para dar gusto a la afición que ha respondido en la taquilla con una entrada realmente espectacular. Se ve que el toro interesa y ese llamativo cartel con que anunciaron ésta del Domingo de Ramos y la próxima del Domingo de Resurrección, con toros de Pedraza de Yeltes, ha ilusionado a esa orden mendicante llamada «la afición» que huye de la cabra y busca al toro allí donde se manifieste, movilizando a aficionados de acá y de allá en peregrinación a Las Ventas.

 
Sombrilla, Pasajero, Taconero, Vagonero, Bombardero y Puntero, números 35,32,29,41,45 y 47, componían la media docena de toros de lidia que salieron por las puertas de los chiqueros. Llamaron la atención las capas castañas de cuatro de ellos, porque es bien sabido que en esta ganadería predomina la capa negra, y el aspecto menos badanudo de lo que se esperaba, pero fue ver salir al primero, Sombrilla, con esos pitones buidos, como le gustaba decir a Joaquín Vidal, con esa esbeltez, digna de un tratado de veterinaria, con esa planta majestuosa, fue verle derrotar en tablas y acometer ansiosamente al capote de Antonio Ferrera para tener la certeza de que, saliese la cosa como saliese, la tarde iba a estar protagonizada por el toro. Y para lucir a los toros los tres matadores, Antonio Ferrera, Octavio Chacón y Gómez del Pilar trataron de colocarlos a distancia en el caballo, con mejor o peor fortuna, e hicieron que más o menos los picadores se tuvieran que ganar el jornal. «¡Hay que picar!» solía repetir Mariano cuantas veces hiciera falta y mucho me temo que lo que es picar no lo veremos hasta que a finales de abril estemos en San Agustín del Guadalix en la Feria del Aficionado de la Peña 3 Puyazos. Hoy se vio esa picadora de carne vestida de oro y tocada de castoreño, se vio ese uso gandul de la caballería para tratar de evitar que el toro se arranque o para ponerla de costado haciendo estrellarse al toro contra el estribo, se vio esa impericia en la colocación de la afilada pirámide triangular de 29 mm. de altura, que tantas veces cae donde sea, hiriendo de cualquier manera e incluso se vio hacer la suerte y agarrar el puyazo con arte. El año pasado disfrutamos de lo lindo con Juan Manuel Sangüesa, de la cuadrilla de Gómez del Pilar, pero este año no tuvimos la fortuna de que las cosas se repitieran. A cambio se pudo disfrutar de «El Bala», que se empleó con buen oficio picando a Bombardero, en el mejor tercio de varas de la tarde. Lo que es indudable es que los seis de Cuadri cumplieron frente a los del castoreño, lo cual habla estupendamente de su buena crianza, y dos de ellos, el primero y el cuarto se fueron al desolladero entre ovaciones.


Ferrera paró al primero, Sombrilla, manejando de manera magistral su espantoso capote de seda azul. Paró al toro y lo bregó hasta los medios a base de suavidad y mando, aguantando los arreones del toro y rematando el saludo sin que el animal tropezase una sola vez el engaño. Reaparecía en Madrid Ángel Otero después de un año sin verle por aquí y en su primer envite a banderillas quiso esmerarse, dejando un solo palo para su disgusto. Fernando Sánchez pareó en su modo habitual dando ventajas al toro antes de iniciar su corto cuarteo y clavando con suficiencia. Otero no se quiso dejar ganar la partida y cuarteó con torería y conocimiento dejando un buen par. Ambos fueron ovacionados. El toro imponía mucho respeto y Ferrera trató de tocar sus teclas sin que la cosa cobrase vuelo. Dejó un soberbio natural, ayudado, y falló en la colocación y en el mando. El veterano torero se dio cuenta de que el pitón bueno era el izquierdo y ahí trató de buscar el premio gordo, sin mandar todo lo que el toro pedía y dejando un trasteo delavazado que fue rematado con un pésimo uso del estoque y del verduguillo.


Muy serio también estuvo
Octavio Chacón, majestuosamente vestido de azul marino y oro sin atisbos de espumillón de ese que ahora se estila, en el recibo de su primero, Pasajero, otro castaño de majestuosa presencia que fue saludada con palmas desde los tendidos. Perfecto manejo del capote sacándose al toro hacia los medios sin una brusquedad ni un enganchón. Y ahí podemos dar por terminado el tema, porque el toro se fue apalancando en el segundo tercio y llegó al tercero tirando viajes y echando la cara hacia arriba.


Nueva ovación para el tercero, Taconero, cuando salió del toríl. El toro se arranca de largo y Sangüesa no está de lo más afortunado en el desempeño de su tarea. Sin pena ni gloria llegamos al último tercio donde no se ve atisbo de que
Gómez del Pilar presente un plan, sino que más bien va ensayando diversas cosas como tratando de ver si le suena la flauta. Su falta de argumentos no conecta con el tendido y, además, el toro se va parando, con lo que la cosa no cobra vuelo, dando lugar a un trasteo sumamente largo y plúmbeo. Le tocaron un aviso, cosa que ya parece que a nadie le importa.


La báscula de Las Ventas le asignó al cuarto, Bagonero, la cifra de 670 kilos, cincuenta y ocho arrobas de las de nuestros abuelos: un tren de mercancías. Se arrancó el toro con alegría y viveza al cite de Jesús Vicente, que se agarró bien. En banderillas le hizo cavilar a Fernando Sánchez, arrancándose con fuerza cuando le pareció y obligando al peón a esforzarse para dejar un enorme par de gran torería. Miguelín Murillo también se ganó el aplauso del respetable. El
Ferrera del cuarto fue el Ferrera arrebatado, mesiánico, de otras veces; este Ferrera que de pronto tira al suelo el estoque simulado y que está como poseído. Por lo que sea su propuesta conectó con los tendidos, que jaleaban con vehemencia aquella sucesión de pases más bien por las afueras dados de uno en uno. Es verdad que trazó un natural suelto que ahí queda y algún otro de buen trazo, pero el conjunto de su labor es de los que, en pleno paroxismo de la Plaza, hacía gritar a Mariano:


-¡Muy ricos los calamares!<

 
Con una estocada baja y de enorme efectividad el toro cayó sin puntilla y eso puso en sus manos la codiciada oreja. El toro fue despedido con palmas.


El quinto, Bombardero, también de óptima presencia, fue picado con arte por «El Bala» y puede decirse que ahí dijo todo lo que tenía que decir, porque el animal se apagó y no hubo manera de que la cosa tomase interés. El toro imponía respeto por su presencia, y había que estar allí, pero resultó ser el menos interesante de la tarde.


Para postre salió Puntero, el segundo negro de la tarde, que según unos salió todo descoordinado y según otros -yo entre ellos- quedó lisiado tras su entrada al caballo. Siempre defendemos que si hemos ido a ver Cuadri, los queremos ver a todos, pero la protesta creció y el simpático Timi sacó el trapo verde y echó a Puntero, dándonos la ocasión de conocer al cinqueño Cafetero, número 54, cárdeno claro de Saltillo. Apuntaba el aficionado R. que siempre nos fijábamos en lo buenos que salían los Hernández Pla que llevaban una mancha blanca en la cabeza, y como este la llevaba la cosa prometía. El bicho de 612 kilos, según la báscula venteña, tenía una presencia imponente, una pintura, con una cabeza de las que meten miedo, y si no, que se lo pregunten a «Candelas» y a Miguel Ángel de la Sierra, de las fatiguitas que pasaron para ir poniéndole los palos. La cosa es que la profecía de la mancha blanca no tomó cuerpo y el sueño de otro Cazarratas se quedó en sueño. Nos dejó el derribo del penco en el que iba subido Pepe Aguado y su celo con el bicho enfaldillado y caído.
Gómez del Pilar presentó en este toro argumentos de tan poco calado como en su primero e idéntica sensación de que allí no había un plan. Con una estocada dio por concluido el festejo.

 

El sobrero Cafetero, de Saltillo, con la mancha blanca

 en la cabeza, la de la suerte en los Hernández Pla

 

ANDREW MOORE

 

 
El Guernica de Cafetero
 


 

Badanas Cuadri





 
Chacón
 

 
Ferrera
 


 

Oreja

 

FIN

Otro día en el Foreing Office



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Con todos los buhoneros fifos y uefos vendiendo ligas que pongan puertas al campo de la Superliga que viene, la normalidad nos devuelve al país que entre todos nos hemos dado: cánticos de “Vinicius, muérete” en Montjuic para recibir al Nápoles y cánticos de “Vinicius, chimpancé” en los aledaños del Metropolitano para recibir al Inter. El antimadridismo hispánico unido por la música y la lírica del eurovisivo país de “¡Zorra!”, el poema más del gusto del jefe de la patocracia, en cuyos medios ha tenido más cobertura el empujón de Vinicius a Mingueza que el tiro en la cara de Vidal-Quadras.


Ley y orden –pide por radio un señorín, Iturralde, que celebra que Bellingham esté en la grada por decir “es un jodido gol” ante los castos oídos de un caballero de Don Benito que odia por igual el fútbol, en vista del daño que con total impunidad le ha hecho, y el inglés, por complejo, en vista de que “fucking” le suena a “mecagüensós” (“¡Kabenzotz!”, en la neolengua de los iturraldes).


¿Cómo puede ser internacional un árbitro que oye “fucking” y entiende “mecagüensós” para expulsar a la estrella de la competición? 


Los iturraldes son la cacofonía arbitral del Relato, por el cual se entiende que la petición de “ley y orden” afecta sólo al Real Madrid, expedientado federativamente por unos videos arbitrales de su canal de TV a los que, por cierto, les sería aplicable la doctrina de la fiscalía madrileña sobre los gritos racistas contra Vinicius (“duran poco y se producen en contexto de rivalidad”). La jerga arbitral del Relato nos enriquece con conceptos que volverían loco a Lázaro Carreter: “penaltis interpretativos” del Barcelona, “goles vergonzosos” del Madrid, “fueras de juego psicológicos” del Atlético…


La obsesión de Napoleón por el orden público (obediencia a las leyes) mató en Francia la pasión por el espíritu público (amor por la patria). La obsesión arbitral por el orden disciplinario del CTA (obediencia a su pito) está matando en España la afición al espíritu del fútbol (amor al juego).


Tres marcas asociadas al éxito universal impiden hoy al españolejo común su autoaceptación en el mundo: Zara, Mercadona y Real Madrid. El fútbol nacional expedienta a los de los videos, pero no a los de los negreiras. “Ley y orden” como caricatura de autoridad con el Madrid, que podría llevar al apercibimiento de su jugador Vinicius en calidad de “provocador”, sólo por el hecho de existir, de los cánticos en su contra en las visitas del Nápoles al Barcelona y del Inter al Atlético, que habrán pillado a Ceferino echando la siesta.


Penalti interpretativo de Cubarsí a Oshimen –dicta el Relato.


Acabaremos viendo a Oshimen vagando por las calles de Nápoles con “El relicario” de Sara Montiel en la boca: “Pisa morena / pisa con garbo / que un relicario / que un relicario me voy hacer / con el trocito de mi capote / que haya pisado / que haya pisado tan lindo pie.”


El Combinado Autonómico (en breve, Combinado Asimétrico Federal) viene a ser como el Foreign and Commonwealth Office de lo culé, con Luque de canciller y De la Fuente de jefe de ovaciones. Cualquier niño de ese San Ildefonso del fútbol que es La Masía que figure en una alineación del primer equipo del Barcelona pasa automáticamente a ser convocado, con la fanfarria mediática del Relato a toda máquina, por el Combinado Autonómico, detalle burocrático que dispara su precio en el mercado. El último caso, el de Cubarsí, un central que quita el hipo a los analistas de reconocido prestigio, para quienes Cubarsí apunta a Beckembauer del nuevo siglo, como en su momento Eric García (¡había que oír a Petón!), el Manolo Escobar que se mofaba de Vinicius en el campo y que ahora vive de sacar el balón en un equipo de la Costa Brava.


La hoguera, decía Krahe, tiene algo que sólo lo tiene la hoguera, y un central culé tiene algo que sólo lo tiene un central culé. ¿Recuerdan ustedes a Oleguer (“Ulagá”, pronunciaban los radiofonistas y los locutores de TV, que hablan contándote lo que tú ves, como si fueran radiofonistas)? Oleguer era independentista y suplicaba a Luis Aragonés, seleccionador del Combinado Autonómico, que no lo convocara, que lo ponía en un brete, pero el Sabio de Hortaleza ocupaba un cargo que lo obligaba a convocar a ese tío, pues ese tío jugaba de central en el Barcelona. ¿Y la relación comercial del central Piqué con el presidente Rubiales?


Ahora que Brahim ha tenido que alistarse con Marruecos (para vergüenza del jefe de ovaciones, De la Fuente, que tuvo el cinismo de decir que a él no le echa un pulso nadie), repasemos la lista de promesas de genio culés, que parece el Arco de Triunfo en París: Ansu, Riki, Balde, Ilaix, Lamine, Fermín, Cubarsí… y lo que quieran, pues “lo hacen que te cagas”.


Isaac Cuenca no gustará mucho a las chicas, pero lo hace que te cagas –dijo en su día el mito de Sampedor.


Mentalmente, todos estamos ya en la temporada que viene, de confirmarse el Madrid de play-station que nos tienen prometido, pero primero hay que terminar ésta, con la pesadez de la liga española y el cruce “Groundhog Day” en Champions con el City, que no tiene mala pinta (si Ancelotti no pierde el oremus, como hace un año), aunque las bicocas eran Barcelona y Atlético, que Diosito seguramente nos reserve para la Final.



Luis y Oleguer

El juez Pedraz


"Siendo más que probable que él (Pedraz) tomara su camino
 viendo a Corbin Bersen en la tele"
 
 


Hughes
 

La melena es un viejo reto de la masculinidad. La melena heavy se nos propuso mucho en los ochenta, pero era demasiado contracultural. Un hombre sin nuca era un hombre en cierto modo inhabilitado socialmente, pero, de un tiempo a esta parte, en la vida pública española surgen melenudos exitosos.


Cuando a Pedraz le llaman pijo ácrata desde la derecha lo que está de fondo es el rencor del pijerío por haberles robado una melena que era conservadora. Aznar fue el gran atlantista, el gran austero (hasta cierta boda) pero fue también la protomelenita.


Ahora sale Oyarzábal, y los de las NNGG, pero nadie puede competir con la perfección de Pedraz, pues Pedraz es el juez Melendi.


En la melena de Pedraz tiembla y se mueve lo se que tiene que mover, pero es viril y constituye, además de su estupenda carrera profesional, otra vocación en sí misma. Esa melena es una vida, otra vida suya y eso es objetivamente bueno porque esa melena absorbe muchísima vanidad, vanidad que, pensábamos, no acabaría en sus autos.


Él no es como los otros jueces, a los que siempre sacan por la tele entrando en los juzgados. A él, tan distinto, le sacan saliendo, saliendo a fumarse su pitillito con ligera afectación y una miradita de reojo a la cámara, propia del hombre que se sabe guapo. Su cigarrito es la rebeldía old fashioned de este juez mad men porque Pedraz va un poquito de Draper por la vida.


Pedraz es lo mejor que le ha pasado a la judicatura desde La Ley de los Ángeles y cada vez que sale en la tele cinco muchachos deciden hacer derecho, siendo más que probable que él tomara su camino viendo a Corbin Bersen en la tele.


Pedraz es el único opositor de la izquierda frente al ejército sorayizado de la derecha de curriculum apabullante y ahí está, junto a Sánchez Gordillo, como puntal de una izquierda que en lo político sólo da señores que se llaman Pachi.


Sin embargo, el entusiasmo que genera este juez se diluye un poco al leer sus autos (aunque… ¿qué es un auto en realidad para un juez estrella? ¿de verdad vamos a leernos los autos de nadie?) y encontrar su alusión a los políticos, tan difusa. Existen concejales, diputados, ministros, y luego la berrea electoral, pero ¿no es el concepto de “los políticos” muy poco técnico? Conozco taxistas más precisos.


Eso que lo diga un tertuliano vale, los políticos y tal, porque los tertulianos están siempre espesos ya que les hacen hablar a primera hora de la mañana o a última de la noche o en la hora de la siesta y, claro, por eso dicen lo que dicen, pero que lo diga un juez…


Pedraz además, y eso los saben sus enemigos y lo sabrán aún más cuando coreen su nombre en las manis por venir, tiene mala rima: Falaz, mendaz, Ferraz… Le pasa como a Garzón, que acababa en zón, ¡el zoón políticón del filósofo! La inevitable politicidad (valga el palabro) de cada cual, por la que no cabe hablar de los políticos, porque todos lo somos un rato. Todo es política, pues. Incluso la cabellera (toda melena es ácrata) que Pedraz le roba a la derecha.
 

Octubre, 2012

Lunes, 25 de Marzo

 


Mestizo

domingo, 24 de marzo de 2024

Pedraz


 
 
 
Ignacio Ruiz Quintano
 
Abc
 

    Pedraz es un juez consecuecionalista.
 

    –Es notorio que el elemento consecuecional...

    
Eso dice el auto de Pedraz sobre los sucesos del Congreso, donde tribus de pacifistas, dando vivas a la República y al Déficit, pretendían que unos diputados elegidos por la voluntad del pueblo quedaran destituidos “ab irato”, al modo de los benditos y republicanos 30.

    
Pedraz sería así el Mateu Lahoz de la Democracia Popular, ese Barça de canteranos buenos que hay que proteger de la justicia burguesa, negándose a expulsar a Busquets por el elemento consecuecional...

    
¡Consecuecional! Parece de Gil, pero sin el ingenio de Gil, y me preguntaba yo cómo puede leer bien las leyes alguien que escribe tan mal los autos cuando Rosa Belmonte tuiteó justo lo que uno andaba necesitando: “El juez Pedraz tiene el pelo demasiado largo como para dar la razón a la policía…”, rematando el lance con una media muy Chenel:

    
Y parece que ha escrito “consecuecional”.

    
El consecuecionalismo de Pedraz, que llevaría a cualquiera que no fuera juez a la cárcel de papel de “La Codorniz”, lleva al juez Pedraz a arrancarle un pelo al lobo democrático con un solecismo primorriverista (“la convenida decadencia de la denominada clase política”), cosa que ha visto Cristina Losada, lo que me hace sospechar que a Pedraz sólo lo entiendan las mujeres.

    
¿Qué concepto tienen de nosotros los que nos piden que seamos pacíficos? –exhortaba Largo Caballero a sus bragados pacifistas– ¿Que dejemos desenvolverse la producción?...

    
Tal como está el gamberrismo apolítico (mil euros por mear, beber o cantar), los chavales se pasarán en masa al adoquín impune de la santa indignación, y si yo fuera un Varsasvky ya estaría pensando en el negocio de las adoquineras

 

Octubre, 2012